Cerca de los 6 y 7 años los niños tienen ya sus muelas definitivas, las cuales determinan el tipo de mordida que se tendrá como adulto en el futuro. Por eso es importante hacer un control a esa edad, ya que la detección temprana de algunas alteraciones facilita su corrección en el menor tiempo posible. En el caso de que se identifiquen alteraciones de cierta importancia, el profesional realizará un seguimiento periódico que permitirá determinar la necesidad de tratamiento y el momento adecuado para empezarlo y alcanzar los mejores resultados.
¿Cuáles son las principales patologías a evaluar en niños?
- Pérdida prematura o tardía de los dientes de leche.
- Dificultad al morder o masticar.
- Morderse las mejillas o hacerse daño en el paladar.
- Respiración por la boca y/o dificultad del sellado labial.
- Ruido de dientes (rechinar, bruxismo).
- Ruidos o movimientos mandibulares extraños.
- Problemas de pronunciación.
- Poca armonía facial: mandíbula muy pequeña o muy grande, hundimiento de pómulos, asimetrías faciales.
Tipos de aparatos utilizados para la corrección