La prevención: lo que realmente hace la diferencia
La salud bucal empieza desde los primeros meses de vida, por eso a partir del primer año de edad es recomendable realizar una consulta al odontopediatra para revisar los dientes, encías y frenillos, controlando entre otras cosas que no haya caries, lengua atada, alteraciones de crecimiento o de erupción dentaria.
La detección temprana es fundamental, porque permite evitar problemas dentales futuros y rectificar cualquier desviación en el desarrollo bucodental de los niños.
A medida que los chicos crecen, sugerimos realizar al menos un control anual para verificar si los cambios en la dentición están generando alteraciones en la masticación o en la oclusión. La aplicación de flúor en dientes sanos también colabora a la prevención. Asimismo, parte de la consulta está destinada a enseñar técnicas de higiene bucal que prevengan la aparición de caries y favorezcan hábitos de salud bucal para toda la vida.